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9/29/2017


La obesidad y el sobrepeso son importantes factores de riesgo para la diabetes tipo 2. La relación entre estas patologías es tan estrecha que se ha dado lugar al término de diabesidad. ¿Cómo se produce la evolución de obesidad a diabetes tipo 2?

La incidencia de obesidad y diabetes tipo 2 en el mundo está creciendo de manera alarmante, según la OMS (Organización Mundial de la Salud):
  • En 2014, el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, y el 13% obesidad.
  • La prevalencia mundial de diabetes ha pasado de un 4,7% en 1980 a casi el doble, un 8,5%, en 2014.

La obesidad es uno de los más importantes factores de riesgo a la diabetes tipo 2 (junto a la edad, la predisposición genética y el sedentarismo).

De obesidad a diabetes tipo 2

Según este reciente estudio, tanto la predisposición genética como el envejecimiento tienen un importante papel en la diabetes tipo 2, pero raramente se manifiesta sin una ganancia de peso. La evolución de obesidad a diabetes tipo2 se debe a un fallo progresivo de la producción de la insulina que coincide con un progresivo aumento de la resistencia a la insulina:


Fallo en la producción de insulina:


Cuando una persona tiene sobrepeso u obesidad su cuerpo necesita producir más insulina para llevar la glucosa a las células que forman su tejido adiposo y el páncreas tiene que producir más insulina para mantener la glucosa en sangre dentro de los niveles normales. Este sobreesfuerzo provoca fatiga en el páncreas y la consiguiente reducción de capacidad de producción de insulina.
Resistencia a la insulina:
El exceso de peso puede producir una resistencia a la insulina, las células reducen la sensibilidad, no responden, a la insulina y la glucosa no puede entrar en ellas. Un aumento de grasa general, y más concretamente de los depósitos de grasa visceral y ectópica (grasa abdominal) está específicamente asociado con esta resistencia a la insulina.

Pautas para prevenir

Controlar el exceso de peso y reducir la grasa localizada en la zona abdominal es vital para reducir la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 y otras muchas alteraciones metabólicas asociadas. Una alimentación saludable y practicar ejercicio de manera regular es fundamental, porque ayudan a mantener un peso saludable y prevenir la obesidad y la diabetes tipo 2.
Para conseguir este objetivo puedes ayudarte de pulseras de actividad y aplicaciones móviles como DIABETESprevent con la que puedes programar tus retos, registrar tus avances y motivarte a seguir un estilo de vida saludable.

Itziar M. Ceberio, Patia Diabetes

 

Publicado el viernes, septiembre 29, 2017 por Federación Española de Diabetes (FEDE)

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2/17/2017


La glucosa es la principal fuente de energía que necesita nuestro cuerpo para funcionar. Exponer a nuestro organismo a elevadas cantidades de glucosa es perjudicial y puede desencadenar una diabetes tipo 2, patología que ha experimentado un alarmante crecimiento en nuestra sociedad y cuyas complicaciones empeoran notablemente nuestra calidad de vida.
La diabetes tipo 2 es el tipo más común de diabetes (más del 90% de casos de diabetes en la sociedad son este tipo), se origina cuando el cuerpo de una persona no produce suficiente insulina o la insulina no se asimila eficientemente.
En el desarrollo de la diabetes tipo 2, los hábitos de vida tienen un papel importante: nuestros cada vez peores hábitos de vida – una alimentación no saludable y el sedentarismo – provocan un desequilibrio entre los alimentos que consumimos y la energía que gastamos con el consiguiente sobreesfuerzo por parte de nuestro cuerpo para asimilar la glucosa que ingerimos.

El proceso de asimilación de la glucosa en las células

Cuando nos alimentamos, el cuerpo asimila los nutrientes de los alimentos y la glucosa pasa a la sangre, que la transporta a las células. Para que las células transformen la glucosa en energía el páncreas segrega insulina en la sangre. Esta hormona funciona como una llave que “abre la puerta” de las células y deja pasar la glucosa.

La insulina es una hormona que ayuda a las células a transformar la glucosa de los alimentos en energía.

La hormona de la insulina se produce en el páncreas por las células beta. Para que ésta sea efectiva, el páncreas debe segregar suficiente cantidad de insulina o las células deben poder identificarla para usarla. Cuando hay un fallo en este proceso, la glucosa se acumula en la sangre en lugar de ingresar en las células.
El proceso de transformación de la glucosa y del funcionamiento de la insulina está explicado de manera muy gráfica en este documental:
Según la Asociación Americana de Diabetes, la diabetes tipo 2 tiene una relación muy estrecha con antecedentes familiares. Las personas con predisposición genética a la diabetes tipo 2 deben prestar especial atención a las medidas de prevención y un control de sus niveles de azúcar en sangre para tomar medidas que eviten su desarrollo.

Itziar M. Ceberio, Patia Diabetes

Publicado el viernes, febrero 17, 2017 por Federación Española de Diabetes (FEDE)

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