Como siempre, y como ya sabéis los que me seguís, me
gusta a través de este blog compartir con vosotros mis inquietudes, y hoy
quería hablar de estos primeros días de 2016, durante los que, lógicamente y
como tema obligado, me preguntan qué tal va todo en la Federación de Diabéticos
Españoles (FEDE).
Si soy absolutamente sincero,
debo reconocer que, ahora mismo, FEDE vive un momento muy bonito, ya que estamos
en medio de una vorágine de grandes proyectos y muchos trabajos innovadores y
motivantes. Y es precisamente por esto por lo que FEDE está creciendo en todos
los aspectos, y eso se nota, tanto desde dentro como desde fuera.
De entrada, diré que el cierre
del pasado año ha sido increíble; las actividades y proyectos puestos en marcha
en 2015 nunca fue tan numeroso, y este es uno de los motivos por los que el estado
de ánimo de todos los que formamos esta familia es de ilusión y de ganas de
trabajar en positivo, sumando.
Me doy cuenta de que tanto las
empresas como las organizaciones, las asociaciones y las personas con las que trabajamos
empiezan a vernos con otros ojos, y es que es evidente la fuerza y el prestigio
que va cogiendo FEDE.
Pero lejos de caer en el mero
triunfalismo, he de decir también que todo esto supone mucho trabajo y un
ingente sacrificio. Como presidente de FEDE no puedo ni quiero quedarme en la
autocomplacencia, porque todavía nos queda mucho por hacer; son muchas las personas
y organizaciones las que aún tienen que vernos como un aliado y un verdadero
apoyo. Por lo tanto, ahora, toca llegar a estos colectivos y encontrar un punto
de encuentro y de colaboración, con lo que poder seguir creciendo y sumando en
positivo.
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