Llevo
bastantes fines de semana que, por una u otra razón, debo viajar y acudir a
foros, reuniones, congresos o encuentros de asociaciones, para dar mi opinión en
calidad de presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE) y, por ende,
como representante del colectivo de personas con diabetes de España. Y, por
mucho esfuerzo físico que me suponga, debo reconocer que es la parte de mi
trabajo a nivel asociativo con la que más disfruto, porque sólo escuchando,
debatiendo y poniéndonos en el lado del otro, con empatía, es como en FEDE
podemos avanzar.
Cada
vez que acudo a las asociaciones siento un doble orgullo. Primero, al ver a
hombres y mujeres humildes, con sus rutinas, trabajos y problemas cotidianos,
que me hablan, como si nos conociéramos de toda la vida, de su día a día en la
asociación, y debo reconocer que son verdaderos héroes, porque con poco, hacen
mucho, que no es otra cosa que mejorar las condiciones de las personas con
diabetes. Y por otra parte, siento orgullo
de la calidez que me dan; su cercanía en su trato me genera un sentimiento de
pertenencia que me es imposible describir con palabras.
Decía
un amigo mío que, en la diabetes hay mucho “postureo”, en busca de fama, protagonismo
o reconocimiento, pero los que de verdad sacan y resuelven los problemas de los
pacientes son los que trabajan por y para las asociaciones.
Es
cierto que todavía queda mucho por hacer; quizás debemos mejorar la parte de la
comunicación entre asociaciones y conseguir un mayor sentimiento de unidad y de
pertenencia, pero creo que vamos por buen camino.
Y
por último, debo resaltar el excelente ambiente y el buen trabajo que se está
realizando con todos los presidentes de las federaciones autonómicas, algo
fundamental para conseguir la mejora de la calidad de vida de las personas con
diabetes en España. ¡GRACIAS A TOD@S!
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