Ya se va
terminando el verano, muchos regresan de sus vacaciones y todo, poco a poco,
vuelve a la normalidad y a la rutina. Unos hablan del síndrome postvacacional y
algo de razón tienen, porque volver a la rutina se hace a veces muy cuesta
arriba. Pero también es cierto que la
diabetes la llevas contigo todos los días y aquí no valen ni síndromes ni excusas.
Tenemos que actuar como nos han enseñado nuestros médicos y enfermeras, y
seguir manteniendo nuestras pautas del día a día para no dejar de lado el buen
control de la diabetes.
En estos
posibles cambios de rutina es muy importante que tengamos el apoyo de nuestra
familia, que tienen que entender lo difícil que a veces
nos resulta mantener el control de nuestro azúcar. Me gustaría pediros un favor,
y es que, cuando tengáis consulta con vuestro médico tras las vacaciones, aprovechéis para eliminar dudas o temores y
preguntarle todas esas cuestiones que a veces no entendemos o no acabamos de
conseguir con nuestro tratamiento.
Cada vez más
menciono varias frases que, a mi parecer, definen mucho el cómo está cambiando
la atención de los pacientes en España, tales como:
- Necesitamos más "médicos buenos” que “buenos médicos”. Y es que lo primero que un médico debe tratar es al paciente, a la persona; y después la enfermedad.
- Los pacientes llegamos a veces a la consulta con miedo, con un bajo estado de ánimo, porque las cosas no acaban de salir bien o con muchas dudas.
- Los médicos cada vez más se preocupan y ocupan más de nosotros y después de nuestra enfermedad.
Es cierto que
en nuestra Sanidad hay mucho por hacer y no lo tenemos nada fácil, pero de
verdad no dejéis de hablar, conversar y
preguntar a los profesionales médicos que os atienden. Vosotros debéis ser los
protagonistas de vuestra enfermedad y debéis dominar todas aquellas
cuestiones que, en mayor o menor medida, afectan a vuestra salud.
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