Durante el mes de octubre tiene lugar la celebración de una fecha a la que, en ocasiones, no prestamos mucha atención. Se trata del Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre). Parece que con la información que tenemos en la red y los conocimientos que vamos adquiriendo de nuestra propia experiencia, conocemos todo acerca de la alimentación, pero no siempre es así.

¿Realmente sabemos cómo aplicar la alimentación y la salud en nuestro día a día con diabetes? 

¿Lees todos los componentes en el etiquetado de cada alimento que consumes? ¿Mantienes una dieta equilibrada a diario? ¿Haces conteo de raciones en tus comidas? ¿Evitas las dietas que no tengan una base médica que te aseguren un buen control de tu diabetes? ¿Comes alimentos procesados? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es “no”, aún puedes hacer algo más por tu salud, tu alimentación y tu diabetes.

La diabetes es una compañera de largo recorrido y mimarla a diario, con nuestros controles de insulina, no es suficiente para cuidar de nuestra salud. La alimentación es uno de los pilares fundamentales de esta patología y es que, en función de cómo nos alimentemos, nuestros niveles de glucosa serán uno u otros y nuestros niveles de colesterol podrán subir o bajar. Además, la hipertensión puede ser una causa derivada de una mala alimentación, igual que el aumento del ácido úrico o los cambios en nuestro factor de sensibilidad a la insulina, que puede variar en base a lo que hagamos en nuestro día a día. Estos son solo algunos de los aspectos sobre los que puede incidir una mala alimentación diaria, pero ¿qué podemos hacer para mejorarla?

La rutina del día a día muchas veces nos lleva a comer alimentos precocinados o procesados, con muchos aditivos, grasas trans o hidratos de carbono, entre otros; y es obvio y lógico que muchas veces no nos queda otra opción, pero leer las etiquetas de los alimentos es fundamental para elegir bien. 



En primer lugar, cuando leemos una etiqueta hay que ver qué cantidad supone el alimento que vamos a consumir y posteriormente en la etiqueta, mirar la parte de “ración” para saber qué cantidad de cada componente vamos a ingerir. Por ejemplo, si vamos a comer una bolsa de patatas y el paquete tiene 80 gramos, pero en la etiqueta la parte de “por ración” es de 40 gramos, ya sabes que si comes la bolsa entera tendrás que contar por dos cada uno de los componentes. Esto es importante para calcular las dosis de insulina que necesitarás y cómo te puede repercutir.

En segundo lugar, ojo con los alimentos “sugar free”, que no tengan azúcar no significa que no tengan otros componentes que nos puedan subir la glucosa, pues muchas veces aquellos que sustituyen a la glucosa natural pueden tener incluso más hidratos que el azúcar en sí mismo.

Organizar la semana

Tercero, si puedes preparar tu comida en casa y llevarla en un táper es mucho mejor. Organizar la semana y preparar un menú diario en el que controles las raciones de hidratos es muy beneficioso para la diabetes. Si eres nuevo en esto, un endocrino puede ayudarte en la primera etapa, si ya sabes de lo que te hablo, mi recomendación es que te compres una pizarra pequeña para la cocina y en base a tu horario intentes programar una dieta equilibrada para cada día de la semana, con unas 5 ó 6 comidas al día, donde estén presentes las frutas, verduras, proteínas, carnes, legumbres, etc. Esto te ayudará a comer variado y no improvisar cada día, pudiendo tener picos glucémicos diferentes a diario.

En cuarto lugar, apuesta por alimentos naturales, es muy sencillo elegir aquellos menos procesados e intentar innovar en recetas healthy que te aporten nutrientes y menos conservantes y aditivos. Si puedes tener un huerto propio en casa, esto ya es TOP y lo notarás en tu día a día. Y, por último, la cesta de la compra. Evitar comprar cuando tenemos hambre nos puede ayudar a no gastar en exceso en aquello que no necesitamos y no comprar “caprichos”. 


No compres aquello que no necesites, prioriza y compra semanalmente lo que necesitas para tu menú y en la nevera ve colocando lo que caduca antes, delante, y lo que tiene más fecha, detrás, para no malgastar. Atento al proceso de conservación de los alimentos y no olvides lavarte las manos antes de cocinar, congelar los pescados antes de consumirlos, lavar frutas y verduras, hervir aquellos alimentos que lo necesitan y proteger tu salud de agentes patógenos externos que pueden perjudicarte.



Patricia Santos, fundadora del blog Vive Tu DiabetesSi quieres saber más sobre ella, visita sus cuentas de Facebook, Twitter o Instagram.