No puedo ocultar que son muchas
las noches que me cuesta conciliar el sueño pensando en todo lo que se debe
hacer. En este sentido, mis mayores preocupaciones se centran en los más
vulnerables: las personas mayores y los niños. Todos ellos, al igual que el
resto de personas con diabetes, tienen dificultades en sus casas, en su día a
día, en sus relaciones sociales, laborales… Y si bien es cierto que FEDE no puede
solucionar sus problemas personales, sí puede y debe seguir trabajando por
intentar que su vida sea más fácil, y mejorar su calidad de vida, proporcionándoles
la información más adecuada a su tratamiento.
Cuando veo los problemas que
hay y cómo les afectan, siento una enorme frustración. De hecho este trabajo,
este reto, este proyecto me está suponiendo un esfuerzo que, en muchas
ocasiones, se transforma en un agotamiento físico enorme, y me aconsejan que me
dosifique, pero yo siempre contesto lo mismo, que hago lo que hago porque creo
en FEDE, en este proyecto, y en la defensa de los derechos de los pacientes con
diabetes en España. Y ellos se merecen mi esfuerzo.
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