
Así las cosas, y tras dos
años al frente de FEDE, soy optimista con el resultado y la evolución de la
federación. Pero al mismo tiempo soy realista, y me doy cuenta de todo lo que
nos queda por hacer aún. Quizás sea demasiado ambicioso, pero sólo así es como
se consiguen las cosas: teniendo metas elevadas, que no imposibles. Y la
primera de todas es que FEDE se convierta, más pronto que tarde, en una
organización potente, bien estructurada por toda España y referente a nivel
nacional en el ámbito de la sanidad y diabetes.
Para ello, no me cansaré
de repetir que NECESITAMOS DEL APOYO DE TODOS. Independientemente de nuestra perspectiva,
si el objetivo es común, compartimos ya lo principal: nuestro deseo de caminar
y trabajar juntos por y para el paciente. Y es que, el pensar distinto no
significa incompatibilidad, sino todo lo contrario: riqueza de visión, algo
fundamental para avanzar y mejorar.
Así pues, tan sólo me
resta daros las gracias a todos, porque estamos creando algo muy bonito e
importante; muestra de ello es que las personas nos necesitan cada vez más, y
es a ellas a las que nos debemos para mejorar su presente y también su futuro.
0 comentarios:
Publicar un comentario