Sin embargo, hoy no quería quedarme en lo
fácil, en lo complaciente o en lo más amable; hoy quería hablaros de uno de los
asuntos que más sinsabores y disgustos me da en mi labor de presidente de la
Federación Española de Diabetes (FEDE). Me refiero a esas asociaciones de personas
con diabetes de España que, a pesar de su entusiasmo, de su excelente trabajo y
de su voluntad por trabajar por y para el paciente no acaban de integrarse en
la gran familia que es y sigue construyendo FEDE. Este es un tema que he
tratado directamente con unos y otros, en numerosas ocasiones, y cuándo
pregunto el porqué de este rechazo a ingresar en FEDE, a sumar todos juntos,
recibo la misma respuesta: las diferencias internas entre asociaciones o entre
personas. No puedo entender que esas discrepancias nos mantengan separados, ni
que no se resuelvan por el bien común de todos los pacientes. Estos problemas
deben solucionarse de forma interna y, bajo ningún concepto, podemos consentir que,
ante la adversidad, se abandone un proyecto y se decida trabajar por separado.
La persona que está al frente de una
asociación o una junta directiva no está solo para organizar actos, charlas o
ayudar a los suyos; está para hacer mucho más. Debemos tener otras miras y
apostar por el bien común de TODOS los pacientes, porque al final estos no
entienden -y no tienen por qué hacerlo- nuestros problemas. Su principal
preocupación es mejorar su día a día, en relación a temas como la calidad de
las agujas, la dispensación de tiras reactivas, el acceso a bombas de insulina,
las complicaciones del niño en el colegio o la discriminación laboral. Todo
esto solo se soluciona estando todos unidos, con nuestras discrepancias y con
nuestras distintas formas de ver la diabetes, porque, lejos de ser una
desventaja, las diferencias nos enriquecen, nos hacen tener una visión más
global sobre esta patología y pueden hacer que nuestro trabajo sea mejor y
llegue más lejos.
Por todo esto, quiero pediros de corazón y
con humildad que abandonéis vuestras diferencias y nos unamos todos. El futuro
solo depende de nosotros.
Muy buena reflexión,
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