Hoy me gustaría hablaros de un término que supongo cada día estáis escuchando más, se trata de la palabra EMPODERAMIENTO.

He mirado en el diccionario su definición, y he leído que hace referencia a “beneficiar y crear la confianza en el desarrollo de sus propias capacidades y acciones”. Y en relación precisamente a esta explicación, considero que quizás la mayor revolución que podemos vivir en la Sanidad, por encima de cualquier avance de la ciencia, sea este aplicar y asumir la realidad de este término. Conseguir tener a una población de 6 millones de personas formadas sobre su patología ayudaría a mejorar su calidad y esperanza de vida y reduciría sustancialmente el coste sanitario.

Ahora bien, ¿por qué quiero hablar de esto hoy? Porque cada vez leo y oigo más este termino y, sinceramente, estoy un poco cansado de que sea manosea y mal empleada una palabra que, por otra parte, tanto significa para cada uno de nosotros, para los pacientes con una patología crónica. Escuchar a políticos, médicos, gestores públicos e incluso a nosotros, los pacientes, hablar de esto y sus beneficios me resulta cada vez más difícil de entender. ¿De qué sirve este discurso si no se le dota de los medios necesarios? ¿Cómo se pretende empoderar a los pacientes? ¿Quizás con las nuevas tecnologías? ¿Tal vez solo se apueste por empoderar a un grupo determinado de la población?

Creo firmemente en el empoderamiento, pero eso solo se puede conseguir poniendo los medios económicos y humanos necesarios. Un paciente necesita el tiempo suficiente en su consulta médica y con su enfermera educadora en diabetes para entender y comprender cómo debe actuar ante su enfermedad. Mientras no dediquemos ese tiempo al paciente y no actuemos en esa dirección, seguiremos utilizando esta dichosa palabra que, al final, está vacía de contenido.


Si todas las organizaciones, tanto de pacientes como sanitarias, coincidimos en la importancia del empoderamiento de las personas con una dolencia crónica, centremos el discurso y el trabajo en cómo podemos dedicar ese tiempo al paciente.  

Andoni Lorenzo, presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE)