La actividad
física es fundamental para prevenir la diabetes tipo 2 y ayuda a controlar los
niveles de glucosa en las personas que ya la han desarrollado. Andar en bici
es, después de caminar, uno de los ejercicios más recomendado para prevenir la
diabetes tipo 2. Te contamos por qué.
El sedentarismo y la alimentación no saludable propios del estilo de
vida actual tienen mucho que ver en el desarrollo de la epidemia mundial de
obesidad y diabetes.
La OMS estima que la inactividad física es causante del 27% de casos
de diabetes tipo 2 en el mundo.
Un nivel adecuado de actividad física regular en los adultos tiene
muchos beneficios para la salud:
● Reduce
el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular,
diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas.
● Mejora
la salud ósea y funcional.
● Es un
determinante clave del gasto energético y es, por tanto, fundamental para el
equilibrio calórico y el control del peso.
Montar en bici para prevenir la diabetes tipo 2
Dentro del Plan para la Prevención y Control de la Enfermedades No
Transmisibles (ENT) y con el objetivo de reducir la alta
prevalencia de inactividad física, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) hace un llamamiento para fomentar la actividad física
por medio de actividades de la vida cotidiana y la promoción del «transporte activo» - desplazamientos a pie y en
bicicleta – es central entre las medidas para conseguirlo.
Anteriormente ya hemos hablado de los beneficios de caminar para prevenir la diabetes tipo 2. En
cuanto a la bici, un estudio de la Universidad del Sur de Dinamarca
analiza los beneficios de su uso como medio de transporte para la prevención de
la diabetes tipo 2. El estudio fue llevado a cabo con la participación de
27.890 mujeres y 24.623 varones con edades comprendidas entre los 50 y los 65
años. Los resultados mostraron que a más
tiempo semanal pedaleando mayor era la reducción del riesgo de diabetes tipo 2.
Según este estudio, las
personas que utilizan la bicicleta de forma habitual a lo largo del año, bien
como medio de transporte o como actividad recreativa, tienen un riesgo de hasta
un 20% menor de desarrollar diabetes tipo 2 que las personas que no usan la
bicicleta e incluso las que la emplean de forma ocasional.
La noticia positiva es que, tras cinco años desde el comienzo de la investigación, “aquellos participantes que empezaron a desplazarse en bici diariamente como consecuencia del estudio – es decir, personas que inician esta actividad a partir de los 50 años – mostraron un 20% de riesgo menor que aquellos que no la utilizaban”. Por lo que nunca es tarde para empezar (si tu estado físico te lo permite).
Pedalear contra la obesidad, hipertensión y riesgos cardiovasculares
El uso de la bicicleta disminuiría en un 24% las muertes por
enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
Ir en bici al trabajo es una forma de practicar la actividad física
que necesitamos diariamente para mantenernos sanos y - como afirman en este otro estudio, esta actividad reduce el riesgo
cardiovascular – su
uso es también beneficioso frente a otras patologías como la obesidad, la hipertensión
y los eventos cardiovasculares.
Algunas empresas han visto en el fomento de
hábitos saludables una oportunidad para mejorar la salud y, en consecuencia, el
bienestar y la productividad de sus empleados en el trabajo, llegando hasta a incentivarles económicamente por ir a trabajar en bici.
Sea en el ámbito que sea, debemos
centrar nuestros esfuerzos en favorecer medidas para frenar la epidemia de
obesidad y diabetes. Mejorar nuestra alimentación y evitar el sedentarismo son
claves para prevenir la diabetes tipo 2 y la concienciación de que la diabetes tipo 2 se puede prevenir es el motor del cambio de hábitos.
Itziar M. Ceberio, Patia Diabetes
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