La familia juega un papel fundamental en la gestión de la diabetes, una patología
crónica en la que las personas más cercanas pueden apoyar a los pacientes,
entre otras cuestiones, en la adopción de hábitos saludables o la adherencia al
tratamiento.
El 14 de noviembre, Día Mundial de
la Diabetes (DMD), es una de las fechas más importantes del año para la
Federación Española de Diabetes (FEDE). Se trata de una gran ocasión para llamar
la atención sobre la incidencia de la diabetes en España, donde afecta a unos 6
millones de personas; sensibilizar sobre la importancia de tomar medidas para frenar el aumento de casos; y favorecer la
educación diabetológica entre las personas que ya conviven con esta patología.
Este año, siguiendo el tema
escogido por la Federación Internacional de Diabetes (IDF, según sus siglas en
inglés), para la celebración de este día: “Diabetes y Familia”, desde FEDE se
ha querido recordar la importancia del
papel de la familia, en el sentido más amplio de la palabra, para mejorar la prevención, la detección y el
control de la diabetes en nuestro país, donde se diagnostican unos 1.100
nuevos casos de diabetes tipo 2 (DM2) cada día, según el Estudio Di@betes.
Prevenir
Mientras que la diabetes tipo 1 (DM1)
no se puede prevenir, puesto que todavía se está investigando su origen, por lo
que respecta a la DM2, se sabe que hasta
un 80% de los casos se podrían evitar mediante la adopción de hábitos de vida
saludables. En este sentido, el ámbito familiar puede, y mucho, favorecer
estas rutinas, a través de una alimentación saludable y la práctica de
ejercicio físico de forma regular.
Además, es importante destacar que la
infancia y la adolescencia es un periodo especialmente relevante para la
prevención de la DM2 y otros problemas de salud asociados, como el sobrepeso y
la obesidad, puesto que el 70% de las
muertes prematuras en adultos se deben, en gran medida, a hábitos poco
saludables iniciados en esta fase, según la IDF.
Detectar
Por lo que se refiere a la
detección de la diabetes, el diagnóstico temprano es uno de los principales
retos a los que se enfrenta la gestión de la patología, puesto que unos 2
millones de personas con DM2, en España, desconocen que la padecen. Y es que,
según un estudio de Diabetes UK, se ha demostrado que controlar este tipo de diabetes de forma precoz contribuye a reducir el
riesgo de complicaciones en un 20%. Por lo tanto, es importante que en el
ámbito de la familia se conozcan los factores de riesgo que favorecen el
desarrollo de la patología (sobrepeso, hipertensión, altos niveles de
colesterol y triglicéridos, etc.); y se impulsen campañas de cribado y
diagnóstico.
En el caso de la DM1, suelen presentarse signos más claros, que se
deben detectar rápidamente para evitar situaciones de riesgo, como las derivadas
de una cetoacidosis
diabética. Por eso, sobre todo en el caso de los pacientes más jóvenes, es
necesario que los familiares conozcan e identifiquen estos síntomas, que pueden incluir: sed continua,
necesidad de orinar, cansancio, sudoración o pérdida repentina de peso.
Controlar
Las personas con diabetes que
logran establecer un buen control de sus niveles de glucosa en sangre llevan
una vida absolutamente normal y plena. Esto requiere de un gran compromiso con el cuidado personal y la
adhesión al tratamiento, algo clave, aunque según el Observatorio de Adherencia
al Tratamiento, un 44% de las personas con DM2 en España no es adherente al
tratamiento pautado por su equipo médico.
En este sentido, desde FEDE se reclama un mayor acceso a
recursos formativos e informativos, para que las personas con diabetes y
sus familiares aprendan a entender la patología; y un mayor impulso para el desarrollo, acceso y financiación de nuevas
tecnologías y tratamientos que puedan mejorar la gestión de la patología.
Laura Alemán Arteaga, responsable de Comunicación de la Federación
Española de Diabetes (FEDE)
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