Una vez más, delante de mi ordenador, saco esos pensamientos que muchas veces me invaden y que, a través de este blog, intento que aporten algo de reflexión a tod@S vosotr@s.

Hoy quiero abordar la última reunión de la Asamblea de FEDE, en la que presenté, junto con la Junta Directiva, el nuevo modelo de gestión y funcionamiento que creo debe adoptarse. Expuse mi opinión y la necesidad de su implementación, y aunque sé que es prioritario para el buen hacer de FEDE, no puedo ocultar mi nerviosismo por cómo se trasladará este mensaje a cada una de las asociaciones.

El futuro de FEDE, de las federaciones y, en suma, de los pacientes con diabetes, pasa por conseguir un modelo más profesional y justo para todos los que la integramos. Y si no somos capaces de hacer este cambio, seguiremos funcionando como lo hemos hecho toda la vida: por inercia; y esto, nos guste o no, nos hace débiles. 

Me preocupa que  los problemas de cada asociación, que son grandes y muchos, dificulten el no tener esta visión de unidad y de fuerza del colectivo nacional frente a la administración pública sanitaria. Es decir, que el bosque nos impida ver el árbol. Y es por ello que necesitamos, de una vez por todas, CAMBIAR; y esto pasa obligatoriamente adoptando un nuevo modelo, más dinámico y ajustado a la realidad.

Reflexionándolo, he llegado a la conclusión de que no es una decisión difícil, pero sí requiere de mucho valor. Así pues, no lo olvidemos: la respuesta está en nuestras manos, puesto que el futuro de las asociaciones, NUESTRO FUTURO, será lo que lo que tod@s nosotr@s decidamos.